domingo, 25 de marzo de 2012

Anécdota, 2011

Tuve el año pasado la oportunidad de trabajar con estudiantes de segundo año de secundaria y en una de las sesiones tuve, según la curricula, que tocar el tema de redacción de anécdotas. Bueno, así lo hice. Analizamos qué es, cómo se redacta e incluso armaron un organizador visual. En la parte de evaluación pedí a mis estudiantes que redactaran una anécdota y bueno, Clotilde (utilizo este nombre para ocultar la identidad de esta estudiante por ser menor de edad y así lo haré en mis siguientes estradas con todas), escribió una anécdota que a mí personalmente me dejó pensativa.

"Un día mi papá salió a cobrar su sueldo en el cajero automático, no pasó mucho cuando llegó mi tía gritando: ¡A tu papá lo mataron, está tirado en la pista!. Salí corrí y... efectivamente mi papá estaba allí, lo habían cubierto con una frazada. No supe qué hacer y solo lloré. Una periodista se acercó a preguntarme qué era el fallecido de mí y por qué lo mataron. Me senti mal y regresé corriendo a mi casa. Luego de eso, todas las noches sigo esperando su regreso del trabajo".

¿Cuán insensible puede ser un/una periodista en el cumplimiento de su labor o en el deseo de más audiencia? ¿Realmente, un ser humano puede ser tan indiferente ante el sufrimiento de una niña?

Me pongo en el lugar de mi estudiante, lo impactada que habrá estado en ese momento y su dolor. Conversando con ella en los siguientes meses, me enteré que su mamá falleció cuando ella nació y que a raíz de la muerte de su padre tuvo que vivir con sus tíos y que su tía política la trataba mal y la forzaba a realizar todos los trabajos domésticos de la casa, en pago al techo y comida que ellos le daban.
¿Qué rol cumple la televisión ante estos problemas? ¿Informarlo todo? ¿A qué precio? ¿Cuándo el humano dejó de ser humano?